Mateo 2:11, Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro, incienso y mirra. (NVI)
¿Qué piensas ofrecerle al Señor esta Navidad?
Cuando yo era niña, uno de mis programas navideños favoritos de TV era “El Niño del Tambor”. Ésta es la triste, pero tierna historia de un huérfano que se une a los Reyes Magos mientras éstos siguen la Estrella de Belén.
La estrella dirige su camino hasta un humilde pesebre, donde la caravana encuentra a Jesús recién nacido, con sus padres María y José. El joven huérfano pronto se da cuenta de que este bebé es un ser extraordinario y se maravilla al ver los regalos que los Magos han traído consigo: oro, incienso y mirra.
El niño del tambor quisiera también dar un regalo a Jesús, pero él es pobre. Su corazón se llena de tristeza al pensar que no tiene nada que ofrecer.
Pero cuando Jesús empieza a llorar, el huérfano desea hacer algo por calmarlo. De pronto, se le ocurre una idea: “¿Puedo tocar mi tambor para Jesús?” el niño le pregunta a María. Ella le dice que sí, y él empieza a tocar. Esta dulce ofrenda de amor transforma el llanto del Niño Dios en una sonrisa.
¿Hay veces en las que te sientes como el niño del tambor, pobre y quebrantado, sin nada bueno que ofrecer? Quizás tú comparas tus talentos con los talentos de otras personas, y crees que tu aporte jamás será suficiente.
Esta Navidad te animo a dar un paso de fe y a que traigas tu ofrenda al pesebre:
• Tu servicio
• Tu adoración
• Tu corazón
No importa cuán humilde o sencilla sea tu ofrenda, a los ojos de Dios será tan preciosa como oro, incienso y mirra. Y como la del niño del tambor, tu dádiva pondrá una sonrisa en el dulce rostro del Niño Dios.
Que el Señor colme tu corazón de alegría, esta Navidad, y que el próximo año te conceda muchísimas oportunidades para presentarle tu ofrenda de amor.
¡Feliz Navidad!
Ana
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